Crece la presión para que el Ministerio active una destilación de crisis ante los desequilibrios del mercado

Poco a poco se van sumando voces, regionales, pero ya también a nivel nacional, que reclaman al Ministerio de Agricultura que pergeñe una destilación de crisis para contrarrestar los desequilibrios del mercado, con un consumo interno en clara fase descendente, unas exportaciones “calientes” en valor, pero muy frías en volumen y un stock al que el sector no acaba de encontrar acomodo, a poco más de 4 meses y medio para que se corten los racimos de la vendimia de 2023.

Hay que recordar que las disponibilidades propias (producción, más stock inicial) del sector vitivinícola en 2022/23 han sido de unos 78,2 Mhl aproximados, al sumarse una producción vitivinícola de unos 40,5 Mhl más otros 37,7 Mhl de existencias a 1 de agosto de 2022. Muy por encima de los 72,8 Mhl de disponibilidades propias de 2021/22 y superior también a la media de cinco campañas recientes (71,6 Mhl).

Con un mercado interior que, según los últimos datos del Infovi a los que ha tenido acceso SeVi, correspondientes al mes de enero de 2023, refleja un consumo aparente interanual de 9,58 Mhl, con una caída del 8,9% respecto al periodo interanual anterior. Mucho más acusado en el caso del tinto (-11%), que en vino blanco (-6,1%). Y un mercado exterior vitivinícola que logró un récord histórico en valor durante 2022, alcanzando los 3.422,83 millones de euros, un 3,5% más que en el año anterior, debido al incremento del precio medio unitario de venta del 17,4% y 19 céntimos de euro, desde 1,06 a 1,25 € por litro; pero con una caída en volumen comercializado importante, puesto que se exportaron unos 2.744,1 millones de litros (27,44 Mhl), con un descenso de casi un 12% y 370 millones de litros menos (-3,7 Mhl) que en el ejercicio de 2021.

A continuación, información para suscriptores.