El packaging de un vino, como arma de seducción

 Publicado el Por Etygraf

 (photo: Sebastia Torrens)

Posicionar su marca en un terreno altamente competitivo. Esta es la premisa de muchas bodegas con sus vinos y, sin duda, el packaging se convierte en una verdadera arma de seducción y elemento indispensable para conseguirlo. Desde Etygraf, compañía valenciana especializada en la impresión de etiquetas autoadhesivas en bobina, cada propuesta de etiqueta es única, poseedora de una historia que la hace diferente al resto.

Una narrativa que toma su punto de partida desde una idea, un vino que posee una historia deseosa de que sea conocida por el público a través de la textura, acabados y materiales de su etiqueta. En definitiva, un diseño que acompaña al caldo que habita en ella.

En Etygraf saben que la etiqueta contribuye de manera directa y muy notable a la diferenciación del producto y en un mercado vitivinícola tan saturado, el cómo se viste la botella en términos de diseño junto a otro potente diferenciador, la sostenibilidad, son dos puntos clave. “Nuestro objetivo debe ser tratar de vender etiquetas con un valor añadido a nuestros clientes, como asesores, innovadores y sostenibles”, señala Jorge Baldoví, co-gerente y director comercial de Etygraf. Asimismo, Baldoví añade que toda etiqueta “debe estar alineada con todas y cada una de las normativas” y en cuanto a lograr etiquetas “más verdes”, desde Etygraf “trabajamos con nuestros proveedores para saber cuáles pueden ser las soluciones en cuanto a tintas y materiales para la aplicación de etiquetado que puedan mantener una sostenibilidad aceptable”, indica Baldoví. Se refieren a etiquetas procedentes de materiales reciclados presentes en los papeles, los films y los soportes, así como con materiales cuyo origen sea responsable, incluso el reducir, en la medida de lo posible, la cantidad de material utilizado en la fabricación de las mismas.

Jorge Baldoví.

Jorge Baldoví.

Así, una etiqueta de vino debe de reflejar identidad, garantía y la información concreta sobre las características y atributos del producto. Porque la mejor etiqueta es aquella que se imprime poniendo el punto de mira en las personas, optimizando la tecnología y sirviendo al medio ambiente. En este sentido, desde la compañía valenciana, concretamente, se refieren a etiquetas más sostenibles en soportes y frontales, pero también en maquinaria, equipo y fábrica.

La parte creativa de una etiqueta de vino está en constante evolución. Desde Etygraf aseguran que el éxito de un vino viene condicionado por dos variables: su imagen y la bodega. No todo el peso puede recaer sobre la etiqueta que viste a la botella, pues la calidad del vino tiene que ir en coherencia con la imagen que se quiere transmitir, sin embargo, el primer golpe de vista es exactamente eso, la carta de presentación ante el consumidor. En cuanto a la tendencia del mercado, la apuesta por las etiquetas personalizadas sigue manteniendo su auge, ya marcado años atrás, y con una fuerte predisposición a toparnos con etiquetados que cuentan historias.

Más información en www.etygraf.com


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