Un vino no es una etiqueta

 Publicado el Por Brandsummit

El equipo de Brandsummit, durante el proceso creativo. (photo: )
El equipo de Brandsummit, durante el proceso creativo.

El sector vitivinícola es una de los terrenos más atomizados que existe con gran cantidad de tipos de vino, infinitamente más que productores. La única manera de diferenciarse es a través de la marca y el diseño. “Los vinos más que una etiqueta, necesitan una identidad”, señala David Baldoví, director de Brandsummit, estudio de diseño estratégico especializado en la construcción de marcas de alimentación y bebida.

Como indica Baldoví, “siempre decimos que el producto es el principal embajador de una empresa y a su vez, es el principal contacto con el consumidor. Por ello, es importantísimo ese momento, cuando se produce ese instante de captación de la atención del consumidor”. Refiriéndonos a una botella de vino, cuando se logra que un posible consumidor pose su mirada en un vino en concreto, no todo recae en su etiqueta, pues a ella van unidas su contraetiqueta, la cápsula, los materiales y acabados. ¿Y qué más? En los tiempos en los que corren, la imagen de un vino lleva consigo una evolución madura, como exponen desde Brandsummit, todo un universo digital que acompaña a la marca, como los son las webs y las redes sociales. ¿Puede que te acuerdes de ese vino porque lo descubriste por primera vez en un lineal? ¿O quizá pasó ante tus ojos mientras navegabas en tu red social favorita?

David Baldoví.

David Baldoví.

En Brandsummit intentan que el diseño tenga un mayor recorrido, pues siempre lleva consigo una estrategia previa. De este modo, cada vino con el que trabajan tiene pilares estratégicos y comunicaciones establecidas para adoptar una hoja de ruta consistente. “Visitamos el lugar de origen del producto. Conocemos sus historias, su metodología y qué les hace especiales entre miles de opciones”, cuenta Baldoví. La potencialidad de todo este proceso se traduce en, al fin y al cabo, provocar la necesidad de descubrir ese vino. Como subraya Baldoví, “todo lo que esté transmitiendo ese envase –más allá de la parte técnica– te está haciendo tomar una decisión u otra en menos de tres segundos". Un tiempo imperceptible que una marca no puede considerar baladí.

Por su parte, Baldoví añade una complejidad en este proceso, que se acrecienta cuando se trata de dotar de personalidad a una familia completa de vinos, “es ahí donde debe decidirse qué estética común les une y qué les diferencia entre ellos, es como hacer que se hablen entre ellos, son hermanos y hermanas, son familia, pero no son iguales, cada uno es único”. Así, desde este estudio valenciano diseñan trajes a medida para cada vino, “tienes que interpretar lo que quiere contar el cliente con una solución creativa, a través de hacer preguntas y más preguntas, con el fin de conocer al cliente y su mercado, para que todo encaje. La creatividad sin estrategia no es más que estética”, dice Baldoví.

En Brandsummit creen en la especialización. En cada uno de sus proyectos se enfrentan al reto de cautivar al consumidor a través de la imagen y todo lo que a ella le rodea. Como subrayan: “Construimos marcas de alimentación y bebida y no dejamos nada al azar, nada”.

Más información en www.brandsummit.es


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