La única diferencia entre un remedio y un veneno es la dosis
Publicado el Por Juan Carlos Sancha

La frase con la que titulamos, pronunciada por el médico y astrólogo suizo Paracelso en el siglo XVI, es usada con frecuencia por muchos divulgadores científicos para explicar que la toxicidad de un compuesto químico depende de la cantidad en la que se ingiera y no de su origen.
Si consumimos una cantidad de un compuesto químico por debajo de determinada dosis, los efectos sobre nuestra salud pueden no existir o incluso ser positivos. Sin embargo, si la ingesta supera dicho umbral, las consecuencias pueden llegar a ser nefastas.
Ningún alimento es completamente inofensivo si se ingiere en grandes cantidades. En este sentido, tampoco se libran los medicamentos. Por ejemplo, la aspirina (ácido acetilsalicílico). Es un buen medicamento, pero si te tomas una caja de aspirinas puedes morir.
El Parlamento Europeo aprobó, este 16 de febrero pasado, una serie de enmiendas a su informe sobre la lucha contra el cáncer para corroborar la evidencia científica: que el vino tomado con moderación no es perjudicial para la salud. Es una buena noticia, pero en mi opinión no podemos obviar que de momento el sector ha ganado una batalla, pero no la guerra. Es recurrente cada cierto tiempo que algún Comisario Europeo o algún Ministro de Sanidad promueva iniciativas en el sentido de identificar vino y alcohol.
En concreto, según la nueva redacción del Informe, el consumo “nocivo” de alcohol (que podríamos traducir más correctamente por excesivo) es el que constituye un riesgo de desarrollar esta enfermedad, y no cualquier consumo, como indicaba inicialmente de manera errónea.
La parte del texto que indicaba que el consumo de alcohol constituye un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer pasa ahora a referirse a un consumo “nocivo” de alcohol para evitar equiparar un consumo excesivo a uno moderado.
Hemos asistido, en definitiva, a un debate parlamentario en Bruselas sobre la incidencia del consumo de alcohol y el cáncer, enfermedad a la que tememos y queremos erradicar. Todos tenemos o hemos tenido a alguien cercano que ha padecido, padece o ha fallecido por esta maldita enfermedad, por lo que desde este artículo quiero mostrar mi mayor respeto por todos los oncólogos, radiólogos, enfermeros, auxiliares, médicos e investigadores que luchan todos los días por erradicar o minimizar a esta enfermedad. También quiero mostrar mi apoyo a todas las asociaciones contra el cáncer de nuestro país y en especial la de La Rioja, por el apoyo que prestan a las personas que lo han padecido o lo padecen o a sus familiares que también lo sufren.
Dicho lo cual también es importante defender el consumo moderado de vino bajo el aspecto cultural y hedonista, pero también por los efectos beneficiosos que el consumo moderado de vino tiene con nuestra salud.
Todo el apoyo científico del informe discutido en el Parlamento Europeo se basa en el Estudio sobre la incidencia global de cáncer atribuido al consumo de alcohol 2020 publicado por la revista Lancet Oncology el día 13 de julio de 2021. Analizada la investigación con detalle por expertos en medicina, también afirman que se trata de un estudio epidemiológico, observacional, donde la unidad de estudio es la población. Por lo tanto, está basado en estimaciones y no se conocen datos específicos sobre la relación entre el individuo, el factor de riesgo (ej. en este caso el alcohol) y la enfermedad (ej. los casos de cáncer). Este tipo de estudios son útiles en epidemiología para plantear hipótesis, pero no permiten inferir relaciones de causalidad.
Cabe mencionar, además, que el estudio analiza el alcohol en general, sin tener en cuenta los diferentes tipos de bebidas consumidas, con lo cual, el posible menor riesgo del vino debido a sus componentes, y su papel en la dieta mediterránea, queda diluido en el conjunto del alcohol.
Sin querer entrar en temas médicos, pues no soy experto en la materia, no parece que la Unión Europea quiera prohibir el “ir a la playa” por el riesgo de la radiación ultravioleta, y ello aun cuando un total de 78.000 casos de tumores pueden considerarse atribuibles a esta causa, con especial relevancia en Europa. Los derivados del vino y de la uva pueden ayudar a reducir los efectos dañinos de los rayos UV según un artículo de la Universidad de Barcelona y publicado en la revista The Journal of Agricultural Food and Chemistry. En el estudio se explica que los flavonoides del vino y las uvas inhiben la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS) que dañan las células de la piel.
Es importante destacar que, además del referido estudio de Lancet Oncology, hay más investigaciones (en los últimos años 1.240 artículos científicos), que también podrán ser discutibles, y que avalan los beneficios de su consumo moderado de vino.
Solo quiero citar algunos de ellos:
El interés tan reciente del consumo moderado de vino podríamos decir que nace en 1992, con la publicación de “La Paradoja Francesa” (Renaud y Lorgeril). El vino resultó ser, de entre todas las bebidas alcohólicas, la única que redujo sistemáticamente los riesgos de mortalidad provocada por todas las enfermedades. La menor mortandad por cardiopatías y por cáncer, así como por todas las causas excluidos los accidentes, no corresponde a los abstemios sino a los bebedores moderados de vino
“Los taninos pueden inhibir el estado inicial del cáncer”. Perchellet, J. P.: director del Laboratorio de Drogas Anticancerosas de Kansas.
“Los bebedores moderados gozan de una esperanza de vida mayor que los abstemios o que los bebedores excesivos”. Willet, W.: Escuela de Salud pública de Harvard.
“El consumo de vino en el contexto de la Dieta Mediterránea contrarresta los efectos nocivos del colesterol”. Renaud, S.: Unidad de Investigación en Nutrición y Fisiología vascular de Lyon.
“Vino y alcohol no son sinónimos. Para un adulto sano se considera como conveniente una dosis de 500 ml. de un vino de 12º, acompañando a las comidas”. De La Torre, C.: Catedrática de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.
“Componentes polifenólicos del vino inhiben la oxidación de lipoproteinas de baja densidad frenando así el estado inicial de la arteriosclerosis”. Frankel, E. N.: Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de California
“El vino reduce los riesgos de úlceras de estómago”. Estudio de la Queen’s University of Belfast del Reino Unido, publicado por la revista American Juornal of Gastroenterology.
Estudios realizados por el profesor y experto de la OMS, J. M. Orgogozo del Servicio de Neurología del Hospital Pellegrin de Burdeos demuestran que: “Existe una relación inversa entre el consumo moderado de vino y la aparición de una demencia senil”.
El consumo moderado de vino dentro de la Dieta Mediterránea podría tener también beneficios para nuestra salud mental. Los estudios científicos señalan propiedades como la prevención del deterioro cognitivo asociado a la edad, la depresión y la ansiedad.
A este respecto quisiera referir una noticia que también me causó estupor:
“El consumo de ansiolíticos y antidepresivos crece el 15,6% en el último lustro en La Rioja y los sitúa en el 'top 5' de las recetas más prescritas” Diario la Rioja (6-2-22).
En España, un total de 3.941 personas se quitaron la vida en 2020, dato que pone los pelos de punta, pero, aun así, es menos de la mitad de los suicidios contabilizados en los países del norte de Europa, que beben menos vino.
El consumo moderado de vino ayuda a la digestión, pues los componentes del vino son digestivos consumidos en pequeñas cantidades.
El consumo moderado de vino reduce el riesgo de demencia: Un equipo de científicos de la Universidad de Loyola Medical Center (EE.UU.) encontró un riesgo significativamente menor de demencia entre los bebedores regulares y moderados de vino tinto en 14 países diferentes. Y es que el resveratrol reduce la viscosidad de las plaquetas de la sangre, lo que ayuda a mantener los vasos sanguíneos abiertos y flexibles (sin coágulos), lo que a su vez contribuye a mantener un buen suministro de sangre en el cerebro. El estudio fue publicado en la revista ‘The Journal of Neuropsychiatric Disease and Treatment’.
Para terminar, considero interesante analizar las tres gráficas que se adjuntan. De una parte, el triste incremento de las muertes por tumores en España; de otra, datos históricos de la incidencia del cáncer y mortalidad en Europa con una proyección a 2040; y finalmente, el decrecimiento del consumo de vino en España. Sin entrar en discusiones bizantinas, aplicando el sentido común, podemos asegurar que el vino no puede ser el culpable del incremento de mortalidad por tumores en España, puesto que en la etapa estudiada cada vez bebemos menos vino.
El vino hay que tomarlo porque anima, porque facilita las conversaciones y las relaciones personales y nos permite olvidarnos del trabajo. Tomado con moderacion tiene un efecto relajante, tonificante, favorece la digestion y relaja el espíritu.
Asociar vino a alcoholismo hoy en día es un sinsentido. Recordemos que el principal componente del vino es el agua, el tercero la fibra, y que la toxicidad del alcohol depende del contenido alcohólico de la bebida.
Tampoco podemos olvidar que el vino es considerado un alimento, tal y como recoge la Ley 24/2003 del 10 de junio de la Viña y el Vino, y que forma parte de la Dieta Mediterránea, según la OMS.
En 1996 se celebra el Primer Congreso de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea. Se consencua por la OMS y la FAO como esenciales de la Dieta Mediterránea tradicional “el consumo de cereales, legumbres, frutas, verduras, frutos secos y pescado. Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva y se acompañan de un consumo moderado de vino en las comidas”.
Quiero terminar con dos citas, la del padre de la microbiología, Pasteur (1822-1895): “El vino es la más sana e higiénica de todas las bebidas”, y la del padre de la medicina, Hipócrates (460-370 a. C.): “El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida”.
Y es que hace 2.400 años ya se tenía claro que el vino es bueno si se bebe con tino y justa medida.
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