Entre medidas sanitarias extremas, Uruguay tuvo una de las mejores vendimias de su historia

 Publicado el Por Marcela Baruch

Recogida de la variedad Tannat. FOTO: Inavi. (photo: )
Recogida de la variedad Tannat. FOTO: Inavi.

El viernes 13 de marzo el gobierno uruguayo declaró el estado de emergencia sanitaria, pero no una cuarentena obligatoria, y la mayoría de los viticultores y bodegueros respiraron. Es esos días se cosechaban las últimas uvas de 2020, en una vendimia de una calidad y sanidad excepcional. “Estamos fascinados con la fruta”, dijo Christian Wylie, gerente general de Bodega Garzón, y la misma afirmación se repite en cada productor del país, con el convencimiento de que esta será una de las mejores cosechas de la historia.

En números, según datos del Inavi, se molieron 93.492.254 kilos de uva, 10,75% más que en 2019, que tuvo un total de 83.437.466 kilos. Más allá del buscado incremento en volumen, la excepcionalidad de 2020 está dada por la sanidad y la ausencia de racimos afectados por botrytis, aunque con granos de menor tamaño. Este fenómeno, atípico en un país subtropical, de alta humedad, responde a una gran sequía.

El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), describió al período de noviembre 2019 a febrero 2020 como de sequía meteorológica, pues las precipitaciones estuvieron por debajo de la media. Como consecuencia, la vitivinicultura se vio beneficiada con una total madurez óptima de sus uvas.

“Uruguay podrá seguir el camino trazado apostando a la exportación y la consolidación del mercado interno”, afirmó el presidente del Inavi, el enólogo José Lez.

De acuerdo con el Inavi hubo vendimia en 15 de los 19 departamentos de Uruguay: Canelones, Montevideo, Colonia, San José, Maldonado, Paysandú, Salto, Tacuarembó, Artigas, Florida, Soriano, Rivera, Durazno, Lavalleja y Rocha. “De esta cosecha 2020 podrán elaborarse vinos muy buenos, tanto jóvenes con buen perfil cromático, como de guarda con el equilibrio de madurez justo”, explicó Lez.

Vendimia en tiempo del Covid-19

Liberados del apremio de las lluvias, los vitivinicultores uruguayos tuvieron que sortear un desafío diferente. En caso de que no tuvieran aún todas las uvas en bodega, debieron apurar la cosecha ante la amenaza de una cuarentena obligatoria, que finalmente nunca llegó. En cualquier caso, esta vendimia fue diferente. Santiago Deicas, director de estrategia de Establecimiento Juanicó, contó: “Armamos un plan de medidas sanitarias, medimos la temperatura de la gente, les pedíamos que se controlaran en su casa, que no vinieran si tenían síntomas de fiebre o tos. Conseguimos tapabocas, alcohol, colocamos cubos con desinfectante para entrar a cada espacio y enjuagarse los zapatos”. Otro tanto realizó la bodega Marichal, su enólogo, Juan Andrés Marichal, comentó que reforzaron las medidas de higiene, habilitaron los baños dedicados al turismo para los funcionarios de la bodega. También tomaron medidas en Bodega Garzón, donde según explicó su gerente general, Christian Wylie, a principios de marzo instauraron un protocolo de buenas prácticas, con guantes, mascarillas y alcohol en gel. “Explicamos a los empleados que debían de dejar de estrecharse las manos, de compartir utensilios de comida y el mate. Además, enviamos videos del médico que tenemos en la empresa para concientizar, e impusimos exigencia de higiene al transporte, porque, el traslado de los operarios es uno de los temas más críticos de contagio”, contó Wylie. Otra de las medidas que tomó esta última bodega, fue no afectar la prima de presentismo a los cosechadores que se ausentaran por síntomas.

Por otro lado, Marichal anunció que un mes antes de ese 13 de marzo, el Inavi había terminado de implementar la plataforma de gestión de las bodegas online. “Este fue un avance crucial, porque los trámites que se hacían vía papel, ahora se realizan a distancia”, dijo el directivo.

Las áreas de turismo de las bodegas se encuentran cerradas, los funcionarios de viñedo de vacaciones como es habitual después de la vendimia, y los funcionarios administrativos en trabajo a distancia o seguro de desempleo. Las bodegas ahora, en Uruguay, se concentran en la elaboración con equipos divididos en dos o más turnos de trabajo, y en el redireccionamiento de su estrategia de venta, para llegar de forma directa al consumidor. Mientras, recalculan el aumento en el costo de producción, dado por el aumento del dólar, pues Uruguay importa botellas, etiquetas, cápsulas, corchos, etc. Marichal comentó: “los costes de producción aumentarán y se perderá competitividad”. Por otro lado, Marichal dijo que, si bien el volumen de la exportación se mantiene, los pedidos para el segundo semestre del año ya comienzan a verse afectados.

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