Fallece Arnoldo Valsangiacomo Chiesa
Publicado el Por Rafael de Michelena , José Vicente Guillem

///AMPLIACIÓN///
Nuevamente en tiempo de vendimias, tal cual sucedió ahora hace una década, el dueño de la viña mandó recoger sus frutos y eligió, como la mejor expresión de la uva madura y futuro vino joven, a Arnoldo Valsangiacomo Chiesa. “Cheru”, como cariñosa y respetuosamente le llamábamos todos aquellos que tuvimos algún tipo de relación con él, nos ha dejado tal y como se nos dio en vida: con sencillez, sin molestar, con la misión cumplida y el ejemplo dado.
El señor de la vida siempre se lleva a los mejores y en el momento preciso, pero nosotros hemos perdido al guía, al viejo y sabio maestro que siempre supo arrojarnos algo de luz en tiempos de oscuridad, en aquellos momentos de mayor desconcierto teórico o emocional.
Cada cual llora a sus muertos como puede, como sabe, como se lo merecen. Nosotros lloramos hoy la ausencia de Arnoldo desde el privilegio de haberle conocido, desde el compromiso que impone su memoria y desde la tristeza de saber que no volveremos a verle sonreír.
Desde 1831 su familia, establecida en Valencia y comprometida con ella, fue evolucionando a lo largo del tiempo al ritmo que marcaban los mercados, las producciones y las cosechas, siempre siendo fiel a su espíritu internacional. Formaba parte de la cuarta generación de profesionales del comercio del vino y entregaba el testigo a la quinta, mientras se prepara la sexta para seguir el camino. Todo un hito en el tejido empresarial en el s.XXI. Años duros de entrega, compromiso y satisfacciones mutuas que ubicaron a sus vinos como “ciudadanos del mundo” y en él están compitiendo exitosamente.
Conocedor del sector y sus recovecos, capaz de dominar situaciones difíciles, colaboró con las instituciones y con todos los eslabones que conforman la cadena vitivinícola y agroalimentaria. Su famosa frase “España vende oro y recibe calderilla”, alabada o criticada, dio la vuelta al mundo vitícola y sigue siendo válida para el estado de ánimo y momento por el que discurre nuestro mercado vinícola nacional e internacional
Arnoldo, durante su trayectoria, ha dejado testimonios diversos en defensa de los intereses, promoción y conquista de nuevos mercados para los vinos valencianos y españoles, primero en Europa y luego “urbi et orbi”. Formó parte importante de aquel equipo reducido e inolvidable de empresarios, que durante la etapa comprendida entre los años 50 a 80 del pasado siglo, titánicamente buscaron y encontraron destino y colocación a unos excedentes que superaban los 6/7 millones de hectolitros de vino español que, al igual que ocurre en nuestros días, lastraban el mercado y equilibrio que se necesita entre el diseño de una plantación de viñedo y el placer que un consumidor encuentra en su copa de vino.
Además, por encima de sus vastos conocimientos y otros atributos personales que siempre le acompañaron, podemos afirmar que era un humanista, tenaz, ilusionado y realista, entregado a la causa y servicial. Nos enseñó a sembrar y cultivar el sentimiento de la amistad. Sembró y recogió los frutos por su apoyo al sector agrario valenciano del vino y los cítricos. Sembró y ofreció generosamente por donde pasaba, su amor por Valencia. Todo lo hacía sin esperar nada a cambio y por ello, en estos momentos, reconocemos una clara delimitación: Hay quien se muere y hay quien se nos muere. Fue un orgullo trabajar junto a él. Más que un orgullo, fue un honor.
Arnoldo deja una herencia de dignidad en el trabajo, de esfuerzo personal y de lealtad con su familia. Ahora Elisa, su eterna compañera y cómplice en tantas y tantas batallas, junto a sus hijos Elisa, Marta, María, Arnoldo, Carlos y nietos, es cuando, en estos momentos de recogimiento familiar en el dolor por tan irreparable pérdida, tienen que sentir la adhesión y afecto de todos aquellos que, con sinceridad, damos gracias a Arnoldo Valsangiacomo por haber sido como era y haberlo sido hasta el final.
Si existe otra vida, que seas feliz en ella. Si no es así, descansa en paz. Tus amigos nunca te olvidaremos.
cherubino
Muchísimas gracias Pepe y Rafa por este precioso articulo escrito con el corazón, toda la familia de la bodega os lo agradece, y en especial nosotros sus hijos y nuestra madre Elisa, un abrazo. Muchas Gracias Salvador por publicarlo.