Barbadillo, 40 años dando en el blanco con Castillo de San Diego
Publicado el Por SeVi

Bodegas Barbadillo, fundada en 1821, elegida Mejor Bodega del Año en los Premios Guía Peñín 2015, y uno de los referentes más importantes del Marco de Jerez, celebra este año 2015 el 40º aniversario de su vino emblema, Castillo de San Diego, conocido por todos simplemente como Barbadillo.
“Es un vino tan emblemático que con solo decir Barbadillo su imagen aparece de inmediato” asegura Víctor Vélez, director general de Bodegas Barbadillo y responsable, junto a su enóloga Monserrat Molina, de posicionar a Castillo de San Diego en la mente y en el recuerdo de los amantes del vino.
La historia de Castillo de San Diego comienza mucho antes de su creación. A finales de los años 60, Antonio Pedro Barbadillo Romero (Toto), por entonces presidente de Barbadillo, descubrió en sus viajes por el extranjero vinos que maridaban a la perfección con pescados y mariscos. A su regreso, intentó reproducir aquellos vinos utilizando como base los ingredientes que ya se usaban en las manzanillas y jereces de la bodega e incluso llegó a hacer pequeños experimentos de fermentación en el frigorífico de su casa hasta que en 1975 construyó una planta de vinificación en Gibalbín. Fue entonces, al profesionalizarse el proceso y las técnicas de elaboración, cuando logró dar con la mezcla perfecta, germen del que sería el primer vino blanco de la tierra de Cádiz. Ese mismo año lanzó la primera edición del vino. En 1991, ya con el nombre actual, Castillo de San Diego vendió más de un millón de botellas, y la cifra se triplicó en 1995.
Para la elaboración de Castillo de San Diego, Barbadillo selecciona cada año las mejores uvas de la variedad Palomino Fino, de las que se extrae el denominado “mosto yema”, un zumo de primera calidad que es fermentado durante 12 días en depósitos, y a una temperatura controlada inferior a 15 grados. Monserrat Molina, enóloga de Bodegas Barbadillo asegura que “en el proceso de creación de Castillo de San Diego influyen factores como el suelo, de tierra albariza, la uva Palomino y la levadura autóctona de la zona”.
De color amarillo con reflejos verdosos, propio de la juventud del vino, Castillo de San Diego es alegre en nariz, sabroso, con aromas delicados de flores blancas y frutas tiernas, y gustoso, elegante, y ágil, con, en boca. Es el perfecto acompañante de tapas, aperitivos y entrantes como el jamón, quesos suaves y frutos secos. Su particular sabor es, además, el complemento ideal de pescados, mariscos, ahumados, arroces, verduras y comida asiática.
Para rendir homenaje a sus orígenes y a su fuerte unión con los paisajes de Andalucía, Barbadillo ha creado una serie de eventos donde la pasión por el mar es protagonista, junto a Castillo de San Diego, de espectáculos de flamenco, proyectos artísticos urbanos, y piezas musicales. Además y para acercar este 40 aniversario a los consumidores, Barbadillo ha lanzado una edición limitada y ha puesto en marcha un concurso gastronómico en las redes sociales, al que se han presentado más de 80 bloggers.
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